El amor para mí


Hace unos días te escribí un poema.

Uno de esos que confiesan que eres la gravedad que me mantiene atada al piso.

Y aunque el amor es algo que te hace feliz.

Y otras veces lastima, nunca es un error.

Siempre supe que me iba para no discutir.

Siempre supe que tenía que huir.

Ayer supe que lo que no quería era que me vieran llorar.

No es mi culpa ni tuya lo que nos pasa.

Sólo nos tropezamos con el otro en momentos duros para ambos.

La vida nos trató duro a los dos.

Pero sinceramente creo, sobre todo en la madrugada, que no quiero otras manos que no sean las tuyas. No quiero otras.

Y aunque no sea feliz todo el día, sí soy feliz todos los días, porque poder amarte para mi es un regalo.

Nunca creas que mereces menos, porque lo único que permite cerrar los ojos por las noches es pensar que existe alguien en algún lugar amándonos y soñando una vida con nosotros.

Siempre me gustó pensar que allá afuera hay alguien que está destinado a ser el amor de nuestras vidas, que suerte haberte encontrado pronto.

Existen personas que cambian vidas, y otras que destruyen, existen unos que sólo existen y otros que viven, pero en cambio yo amor mío, yo a pesar de todo sólo sé amarte.


Comentarios

Entradas populares de este blog

Hoy quiero hablar de un tema que quizás jamás me imaginé tocar.

Mi experiencia en la iglesia cristiana

Un remolino oscuro